



The Shortest Day (Susan Cooper / Carson Ellis)
Según el guión de lo que era nuestra vieja vida, estos días de otoño deberíamos de estar terminando de preparar el maratón de San Sebastián. Soñando con perseguir olas en Zarauz, con imaginar horizontes en Guetaria, con correr en la bahía de la Concha y con saltar al infinito desde el peine de los vientos. De la inmensidad de la luz mediterránea de Atenas a la inmensidad del gris atlántico del norte del norte.
Pero todo cambió y toca inventar nuevos paisajes, aún condenados a seguir separados.
Desde el mismo principio del mundo, todas las antiguas civilizaciones celebraron fiestas alrededor del solsticio de invierno: el día más corto; la noche más larga; y la nieve, el frío y la oscuridad que simbolizan los días en los que acaba el año y todo vuelve a empezar. Muy especialmente los antiguos celtas y vetones que poblaron la provincia de Ávila, desde el valle Amblés a los castros que se extienden por toda la sierra abulense y la frontera de la Moraña que comienza más allá de las Cogotas.
Morir para volver a renacer. Resguardarnos bajo las mantas para seguir escuchando viejas historias. Encender el fuego para seguir guiándonos en la oscuridad. Y, justo a falta de 10 semanas, seguramente sea el mejor momento para decidir que volveremos a preparar juntos el camino y a correr por nuestra cuenta bajo las sombras de la noche que anuncia la llegada del invierno, siempre unidos a pesar de la distancia.
#TheShortestDay #RegresarAMaratón
Volvemos! Nos reinventaremos las veces que haga falta y de las maneras que sean necesarias. Todo por volver a hacer lo que más nos gusta. Correr juntos, vivir juntos, soñar juntos. San Sebastián y lo demás que venga, puede esperar
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