Juan Muguerza, a medio camino entre los últimos korrikalaris y los primeros atletas olímpicos
(Fotografía cedida por la familia Muguerza)
«La palabra andarín designaba a la persona que de manera rápida se encargaba de llevar recados, cartas y otros efectos de un lugar a otro utilizando únicamente la fuerza humana. Este oficio, muy extendido en el Antiguo Régimen, acabará desapareciendo con la llegada del ferrocarril y la generalización del resto de los modernos medios de transporte que convirtieron en ineficaz el trabajo de los andarines. Sin embargo, y de forma paradójica, a medida que el oficio se hacía innecesario, la carreras a pie atrajeron la atención del público en una dimensión de puro espectáculo lúdico.
Así, durante el siglo XIX las carreras a pie de andarines, también denominados korrikalaris en algunos lugares, se hicieron muy populares en las fiestas de las localidades de nuestros territorios y pasaron a ser celebradas en grandes espacios públicos como las plazas de toros de Huesca y Pamplona o las plazas mayores de los pueblos».
De los andarines y korrikalaris al atletismo deportivo, Diputación Foral de Gipuzkoa.